domingo, diciembre 09, 2012

Adal (1998-2012)

Conocí a Adal hace aproximadamente un año, ayer me quedé congelado cuando me enteré que había fallecido, me derrumbé por completo, estaba sólo como a veces suelo estarlo pero sentí como la sangre abandonaba mi rostro y de tener un espejo a la mano hubiera podido constatar mi repentina palidez, luego acto reflejo llamé sin pensar en el dolor que su familia estaría sufriendo, era terriblemente cierto y doloroso, después volví al shock, a la inmovilidad, a la estupefacción. Adal dije en voz alta, Adal y su nombre se quedó en mi cabeza.

Varias veces platicamos de juegos, nuestra brecha generacional era grande, quizás los juegos era lo que más teníamos en común, pero mi reconocimiento mayor fue que nunca mencionó nada de su padecimiento o dio muestra de queja o dolencia alguna, sólo sonrisas y emoción de conversar y compartir su punto de vista. Así lo recuerdo.

Cuando extendía mi mano para saludarlo me daba el saludo fraternal de deslizar la suya y chocar el puño, nunca lo sentí diferente de como se siente un amigo o un hermano, veía en sus ojos también el amor que le tenía a su familia, y algo más profundo, el conocimiento de quien ha sufrido y sabe que los demás sufren también, no por él, con él.

Antier no me pude acercar a despedirme, las piernas no me respondieron, rodeado de la gente que lo amaba sentí mi respeto y mi cariño por él palidecer ante el de los demás, me quedé sin aire, me despedí rápidamente y salí a estallar en el exterior. Hoy me quedo con el recuerdo de como me sonrió la primera vez sin conocerme aún, algo que sólo los seres de Dios pueden hacer y se quedan ahí para siempre en la memoria y más profundo: en el corazón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabes? Cuando leí por primera vez la nota, te mente la Ma%$# ja ja, me enojo mucho. Pero fue por que realmente en eses momento así me sentía, enojada.
Hoy que la vuelvo a leer, te dijo Gracias!! Sé que conocías a mi hijo, Adal te apreciaba y le agradaba platicar contigo. También entiendo el por que de tu partida tan rápido ese día. No niego que me hiciste falta, pero hoy me doy cuenta que había mucho dolor en ti. Una vez mas gracias Lalo, te quiero.